martes, 23 de noviembre de 2010

CARTA A LOS REYES MAGOS

Para los dioses
una recesión eterna,
para la tierra
un Delorian sin marcha atrás,
para Occidente
un terrorismo de conciencia,
para Oriente
una plaga de dudas.

Para la banca
la abolición de los números,
para el Estado
el derecho de inmolación,
para las banderas
una capa de gris inflamable,
para los políticos
éxamen de vocación.

Para las guerras
sexo consentido,
para las empresas
relatividad,
para la competitividad
olvido,
para los libros
educación emocional.

Para el futuro
un shock de utopía,
para las princesas
invisibilidad,
para los reyes
repúblicas mixtas,
para las dictaduras
soledad.

Transtorno bipolar para los dogmas,
para las verdades
media razón,
para las locuras
algún mecenas cuerdo,
para la cordura...
un mordisquito de obsesión.

Para los caminos
mil y una direcciones,
para los sueños
un polvo con la realidad,
una cerveza por las decepciones,
un vino
por volverlo a intentar.

Para las respuestas
un espejo de preguntas,
para los códigos
la libertad del mar,
para las terapias
un pulso de poesia,
para los niños
asilo
en Nunca Jamás.

Para las mentiras
un castigo de cumplimiento,
para las confesiones
un té de luna y hachís,
para los susurros
el calor del silencio,
para los atrevidos
luz
y porvenir.

Para las sonrisas
trabajo de doble turno,
para las lágrimas
baja laboral,
para las crisis
paciencia y futuro,
para la inocencia
ganas de jugar.

Para ser malos
noches oscuras,
para el frío
tranquilidad,
para las miradas
furtivos encuentros,
para el vértigo
ansias de volar.

Para las redadas
fugas imposibles,
para los miedos
algo que agarrar,
para las bajadas
locales grises,
para las subidas
límite de velocidad.

Para respirar...
ritmos más lentos.

Para vivir...
vida nada más.