miércoles, 6 de febrero de 2013

Quisieras


Quiero una vida
que no venda
raleas
de amaneceres guiados,
quiero aliento
en la nuca de las penas,
paciencia,
insumisión,
encanto;
Venas
como ríos de palabras
que reyerten
a la sordera
del cambio,
quiero niños
de conciencia
ajena
jugando a derretir
colapsos;
Quiero verbos
traficando en plural,
una revolución
por cada verano,
quiero una tasa a la cobardía,
ser
un alud por tu cuerpo,
quiero una educación
para pensar,
para mirar
lo que llevamos dentro.
Quiero dudas
que asalten
y emborrachen,
que den a cada hoguera
su banquero,
un café
de quizás
a la utopía,
sin final
nos hacemos un cuento:
Quiero ser la realidad
que se rinde
al ralentí
de los sueños.
Quiero derecho
a delirar
al tiento
de los necios locos,
que la poesía
camine
y legisle
primaveras
al alcance de todos,
corrientes
allá
donde vayas
la música,
el duende,
la calma…
Quiero tener
un corazón
menos esclavo
del alma.
Quiero sonrisas
espontáneas circulando
formadas
en férrea anarquía,
que lo rentable
no gane dinero,
que no compense
invertir
en mentiras,
que las voces
tengan palabra
y la razón
se nos pierda
otro rato...
quiero mi piel
enervada
a tus ojos,
ser la iniciativa,
el descaro…
virar
más allá
de los miedos,
acampar en tu boca,
quiero esperarte
hasta el absurdo,
arder,
refrescarte la memoria,
quiero tatuar
cada segundo,
agradecer
cada derrota;
quiero 
olvidar,
perderme
y ser
humo,
o sólo buscarte
y coserme a ti,
y hacer
de nuestro patio
el mundo.