jueves, 14 de enero de 2010

Polvo de estrellas

Si quiere ver, vaya aquí,
al circo con destino de pluma y vuelo,
escoja su gama de color,
deje libre el gris
aquí la ceniza vaga libre por el suelo
dibujando
polvo de estrellas
en forma de caminito estrecho.

Hay dos trapecistas:
uno poeta y el otro minero,
uno para la luz,
el otro
para el aliento...
como dos reos,
con su puño y su mala chispa,
con los ojos nublados,
vicios de trampolín y cornisa
para un suicida con condena de payaso:
Siempre aporta más una sonrisa
que un silencio amargo.

Hay un cetro,
una llama que se apaga y no cesa,
que muere y vive,
que se espesa,
que se aferra en batir las lides
de un concierto sin orquesta.

Hay un lienzo en blanco
a rellenear por las promesas,
por las dudas y los riesgos,
por ese miedo que te da una certeza...
Hay una tinta invisible
profanada en la torpeza
de correr a contrapelo,
de ponerle fe a las quimeras.

Hay retales de pasión
porque nacimos de tormenta,
todo duda y contradicción,
deseos entre la niebla...
de flotar becerros de oro
al azar de la impotencia
de bajar y verlo otra vez,
y sentirse como una mierda.

Y luego otra vez
de bruces
la primavera...
No hay mucho más,
lo olvidado y lo asumido,
una tinajilla de aguardiente eterna,
dos palabras en busca de premio,
como si todo lo colmara un sueño,
mil y ninguna respuestas.

¿Quieres pasar?
Toma,
quémame la piedra...
¿Qué no quieres la carpa?
Pues a tumba abierta...
Si no hay futuro
que más da la guerra,
mil y una veces más por ella,
por una herida bien puesta,
cosida a la intuición de alma,
tantas veces fallida y vieja.

¿Qué hay que creer?
¡Pues creemos los profetas!
Y los castillos, y las caricias,
hagámos un pentagrama sin puertas.
Seamos el aire y la incosciencia,
lo que te vacíe y llene,
lo que más duela,
el batín y el ala ancha,
la desidia y el orgasmo,
la ciencia menos exacta,
los segundos que valen años...

Seamos las columnas, los rincones, los versos y la arena...

Seamos lo que seamos
que sólo manden las estrellas...

1 comentario:

Alberto del Río dijo...

Hola!!
Gracias por tu comentario, leeré su libro con gusto... desde luego el mayor drama que nos aborda en nuestra bonita burbuja de cristal es la educación. Bueno, o la falta de ella...

Un abrazo!