jueves, 4 de febrero de 2010

De un alma sorda

Tal vez sólo soy
una versión desenfocada de mi sombra,
algo que no se puede ver,
que escuece si lo tocas...
un amanecer que se empeña en salir
sin tener ni un hilillo de aurora.

Tal vez sólo soy
de la música el aroma,
el quejío de unas notas que tienden a huir,
que si las asustas,
se atontan;
que se callan y se esconden en silencio,
que se emboscan...
hay quien nace a ritmo de blues,
y quien tiene el alma sorda.

Tal vez sólo soy
el reflejo de un idiota.
Un niño que se mira a sí mismo,
que hasta se cree sus historias...
de puertas a dentro a volar,
de pena y mora,
un prozac para una realidad
de suma errante de quimeras rotas;
Si la vida es la experiencia,
la dialéctica...
de la dialéctica viene la derrota;
que el querer y el ser andan a la gresca,
y no se soportan...
uno tira para un lado... y el otro,
el otro se planta y le ahorca,
y le enseña los matices de un barro
ennegrecido a la memoria.

Tal vez sólo soy
otra suma de excusas remotas,
unos ojos que se empeñan en mirar
tres palmos más arriba de donde le toca...
ojalá me supiera conformar,
ojalá palpara los límites de la soga...
y pudiera vivir y no pensar,
y ser como tantos
uno más,
ojalá pudiera verter la mediocridad
en el relente embriagador de las olas.

Tal vez sólo soy
la ansiedad de ver
como se rompe cada hora...
ojalá no fuera tan así
y te pudiera ver de distinta forma,
ojalá fuera la objetiva sobriedad,
ojalá no pudiera sentir, ni sufrir,
ni crear...
Ojalá fuera menos yo...
y supiera descansar.

Dormir y despertar...
Mirarte
un segundo,
ponerme a temblar...
Que tú,
sin darte cuenta
empiezas a brillar...
a sonreír e iluminarlo todo,
a hacerlo de verdad.
Si hasta el caos
recupera su sentido...
cuando tú le llevas jugar.

Ponerse a soñar...
como si la vida
hubiera que pintarla,
que lindo si en vez de un sueldo
nos regalaran alas blancas,
ojalá hubiera algún un juez bueno...
que aboliera decepciones y venganzas.
Que nos mantuviera a unos metros del suelo,
haciendo lo que nos dé la gana,
sin ese mazo,
que a la que te despistas,
te tumba la mirada...

Tal vez sólo soy
esa inseguridad nos mata,
un mar que viene y va,
una resaca,
una huella que alumbra y calla,
que llora y ríe,
que se entretiene liando palabras.

Tal vez
sólo tengo miedo al mañana,
al vacío,
a la escarcha,
a no saber seguir,
a volver a cagarla.

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